Uno de los temas centrales en la política santafesina es la reforma constitucional. Junto con Mendoza, Santa Fe es la única provincia que no admite reelección para sus gobernadores. Por eso, la cuestión interesa por demás a todos y cada uno de los dirigentes que ocuparon la Casa Gris. Ahora, legisladores oficialistas intentan llevar a buen puerto un proyecto propio, que requerirá de un acuerdo que, por el momento, no se concretó.
Al filo del fin del periodo de sesiones ordinarias, que al igual que en el Congreso nacional terminarán el sábado 30 de noviembre, diputados de Unidos, la coalición que incluye a sectores vastos como el socialismo, el PRO y el radicalismo, cuya figura central es el propio gobernador Maximiliano Pullaro, buscaban los votos para aprobar el texto. Ese andamiaje diverso obliga al mandatario a hacer equilibrio entre posiciones muchas veces encontradas, incluso en la postergada reforma, donde algunas dirigentes se quejaban por el momento elegido.
“Se forzaron los tiempos y hay un reclamo de falta de diálogo y acuerdo”, consideró una fuente del oficialismo consultada por Ámbito. La voz evaluó que se le quitó tiempo a la oposición para que plantee sus reclamos, hecho que, como contraparte, dificultó la posibilidad de sellar alianzas. No obstante, ponderó la posibilidad de poder incorporar nuevos derechos civiles y sociales, autonomía de los municipios y paridad de género, entre otros ítems.
Desde la gobernación, sin embargo, relativizaban la importancia del proyecto y le pasaban la pelota a la Legislatura, aduciendo que no es la agenda del gobernador.
El factor Omar Perotti y la oposición del peronismo
Por estas horas, todas las miradas apuntan a una persona: el exgobernador Omar Perotti, quien comanda tres bancas que le darían la llave al gobierno para destrabar el debate. Esa posibilidad, sin embargo, abrió una grieta en el peronismo santafesino, que pide más tiempo para negociar. Este semana, el Partido Justicialista (PJ) local emitió un comunicado en el que define a la reforma como “apresurada e inoportuna”, al tiempo que reclama “responsabilidad institucional”.
“Los procesos de reforma constitucional exigen un diálogo democrático, con los partidos políticos, abierto y de cara a la sociedad. Hoy estamos frente a una avanzada autoritaria y de perpetuación en el poder que solo busca la auto reelección del actual gobernador”, denunciaron desde el PJ santafesino, que actualmente conduce Guillermo Cornaglia, tras una reunión entre sus autoridades y fuerzas aliadas. Ese documento fue rubricado incluso por legisladores que responden a Perotti. Sin embargo, no está dicha la última palabra.
Un día después, el partido mantuvo un encuentro con representantes del gobierno con el objetivo de acercar posiciones, aunque no destacaron avances importantes.
En la administración de Pullaro confían en llegar a un acuerdo con su antecesor en el cargo, quien este jueves presentará su propio proyecto de reforma constitucional. “Omar tiene diálogo con el gobernador y por ahí eso genera recelo, porque tiene una postura dialoguista, pero la idea es no hacer nada que vaya en detrimento de la postura del partido”, comentaron a este medio desde la órbita de Perotti.
De hecho, semanas atrás, Maximiliano Pullaro y Omar Perotti estuvieron juntos el Palacio de Hacienda, donde Santa Fe firmó, junto a Córdoba, al ministro de Economía, Luis Caputo, y al Fondo Saudí, convenios por u$s100 millones para avanzar en la construcción del acueducto birprovincial.
En el PJ miran de reojo al rafaelino “El acuerdo ya lo tienen, todo lo demás es verso pour la galerie. La semana que viene lo aprueban”, graficó una fuente del justicialismo que se opone al proyecto. Puertas adentro, y en sintonía con el tablero nacional, las rencillas se en el peronismo se mantienen a la orden del día tras las derrotas electorales del 2023.
Los números de la Legislatura
La Legislatura santafesina contiene dos realidades. Por un lado, el Senado es territorio amigo para el oficialismo, que cuenta con la mayoría de las bancas. Se descuenta que el proyecto pasará por allí sin sobresaltos. En Diputados, en cambio, la realidad es distinta: Unidos maneja 24 de los 50 escaños. En cualquier escenario, la definición será cerrada y el texto pasará con cuestionamientos. En ambas cámaras, se requieren dos tercios.
Otro nombre importante en el ecosistema político vernáculo es el de Amalia Granata. Esta semana, la diputada provincial salió con los tapones de punta contra el proyecto, al que calificó de “prioridad de la casta política que busca perpetuarse en el poder”.
Aseguró, a la vez, que “no es la agenda de la gente”, aunque reconoció que “la Constitución quedó vieja y hay que reverla”. “Pretenden mandarla entre el jueves y el viernes y tratarla sobre tablas, de manera exprés, sin haber escuchado al pueblo”, dijo a LT8.
En caso de no conseguir luz verde esta semana, Pullaro deberá decidir si convoca a sesiones extraordinarias para tratarlo. Ante el ojo público, eso desinflaría la posibilidad de que el tratamiento sea visto como una cuestión meramente legislativa, ya que en el periodo de receso solo se pueden tratar proyectos enviados por el Poder Ejecutivo.