El primer juicio en el territorio semiautónomo chino de Hong Kong en el que se invoca la ley antiterrorista de la ciudad comenzó este lunes, con 14 acusados por un presunto complot para llevar a cabo explosiones y asesinar a policías durante las grandes protestas prodemocráticas de 2019.
Los miembros del grupo radical de protesta “Dragon Slayers” (Matadragones) fueron apresados tras una larga investigación sobre un presunto proyecto de atentado bomba que debía ejecutarse durante una concentración por el Día de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 2019.
Hong Kong llevaba entonces meses sacudida por multitudinarias y a veces violentas protestas en favor de una mayor autonomía frente al dominio de China.
Este lunes a la mañana, el fiscal Edward Lau acusó al grupo de haber planeado colocar dos bombas en el recorrido de la manifestación para matar a agentes de policía, informó la agencia de noticias AFP.
Los “Dragon Slayers” saqueaban tiendas para distraer a las autoridades, mientras que David Su, miembro de entonces 18 años, empujaba a los agentes hacia las bombas, según la acusación.
La fiscalía los acusa en virtud de la ley antiterrorista, promulgada por la ciudad por primera vez en 2002 tras una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU adoptadas a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Nadie había sido acusado en base a esta ley hasta este caso.
Salvo una mujer incorporada al caso el año pasado, todos los acusados llevan más de 1.000 días tras las rejas.
Tras reprimir las protestas, Beijing impuso a mediados de 2020 una amplia ley de seguridad nacional para castigar los delitos de subversión, secesión, colusión y terrorismo.
A finales de 2023, más de 11.200 personas habían sido detenidas y casi 3.000 acusadas por su participación en las protestas de 2019.
El Gobierno de Hong Kong anunció el mes pasado su plan de crear otra ley de seguridad nacional para abarcar más delitos, incluidos los de traición y espionaje.